Miedo a las nuevas tecnologías
No es ficción es
realidad: Logicomecanofobia.
Esta fobia se define
como un persistente, anormal y injustificado miedo a los ordenadores y a
trabajar con ordenadores.
Este término fue
acuñado en 1985 para expresar temor o ansiedad hacia las nuevas tecnologías en
computación. Aproximadamente el 55% de las personas experimentan cierto
resquemor con respecto a los ordenadores, y el 36% de los usuarios considera
que sus habilidades son insuficientes. Se relaciona a la ciberfobia con la
tecnofobia, esto es, el miedo a la tecnología.
Algunas de las típicas
reacciones de la gente que padece ciberfobia es rehusarse a hacer sus tareas, a
utilizar tecnología u ordenadores, a hacer back up de programas de computación
o guardar documentos, a cerrar los programas o a limpiar los discos duros.
Una manera que los
expertos encontraron para sobreponerse a la ciberfobia es el propio diseño de
estas tecnologías. Es importante considerar la interfase de cada usuario y
desarrollar una estrategia para su interacción con los ordenadores. Otros
métodos para sobreponerse a la ciberfobia son: la diseminación de información a
los usuarios sobre las fobias, el entrenamiento y la educación, el uso de tecnologías
tales como la realidad virtual, la terapia virtual, tutoriales online y
multimedia, y el hacer y vender tecnología a prueba de fallos.
De igual modo que
existe la agorofobia, la aracnofobia, existe el miedo a los desconocido, a lo
nuevo, a lo inexperimentado, a lo virtual, a la net, al ordenador, a las aplicaciones
informáticas, programas y herramientas de nuestro PC. Si señores este temor
existe y no son pocos los que lo padecen, no entiende de edades, clases
sociales o cultura entiende de inseguridad, ingenuidad, desconocimiento, miedo
al ridículo, al error…
Todos los miedos son
reales aunque se les reste importancia calificándolos de subjetivos. Pero
objetivamente no hay nada más real y contundente que una emoción y no hay
emoción más real y contundente que el miedo. Ante las nuevas tecnologías
también se puede sentir miedo en alguna de sus variedades. Desde una ligera
inquietud hasta una imposibilidad de estar cerca de una máquina, pasando por el
recelo a que no la controlemos.
A lo largo de la
Historia, la tecnología ha sido una de las producciones culturales presentes en
los cambios sociales. Lo fue la escritura, la máquina de vapor, la televisión y
lo es el ordenador en red.
Sin embargo, los
estudiosos de la ciencia no tienen tan claro que la tecnología sea el motor del
cambio social y en muchas ocasiones a los ciudadanos no nos queda otra que
atenernos a dichos cambios nos gusten o no. Es cierto, que las NNTT nos
facilitan mucho la vida y contribuyen al progreso en muchos sentidos ;pero
donde quedan el papel y boli de toda la vida donde tomabas los apuntes, la
consulta de monografías y documentos en la biblioteca, que ahí de esa intriga
que se siente al esperar a que echen por
TV tu serie favorita en vez de descargártela por internet, que hay de la
contratación de las compañías aseguradoras en las oficinas con personas cara a
cara en vez de on-line y que te remiten al 902 de atención al cliente… lo único
que nos queda por hacer a las personas es dejarnos arrastrar por la corriente.
Estoy a favor de las
NNTT pero creo que todavía nos quedan muchas cosas por aprender y superar, pues
me da miedo pensar que como consecuencia nuestra sociedad cada vez se va
convertir en un mundo más individualizado, egoísta, falta de valores
comunitarios, capitalista, en donde la gente práctica cada vez menos la
interacción con otros y ejerce cada vez más tiempo en ocio, trabajo y tiempo libre con su ordenador
personalizado.
Aunque a veces ese
sentimiento de temor hacia las NNTT me invade pienso que el miedo que se
debería tener no es a las nuevas tecnologías, sino a la sociedad que las produce.
No se trata de evitar que los ordenadores entren en nuestras vidas, sino preguntarnos por qué y cómo llegaron, qué
reflejan de nuestro modo de vida y qué vamos a hacer con ellos.
Si lo analizamos bien,
vemos que las NNTT son un magnífico medio para transmitir cosas buenas y malas,
el medio en sí no está infectado, eso depende como siempre de la voluntad del
hombre/mujer.
Si se habla de
tecnologías y de adicciones al mismo tiempo, es porque éstas son una de las
formas modernas que tenemos de relacionarnos con los objetos. Es cierto que las NNTT entrañan estos riesgos
pero si observamos a nuestro alrededor la difusión de modelos de comportamiento
violento sólo se plantean como algo negativo en los videojuegos y eso que se
tolera más en el cine o en el deporte. Pasa algo parecido con la pornografía;
solamente es peligrosa en Internet, pero no en el quiosco o la televisión.
Parece como si la novedad conllevara más peligros y, sin embargo, para los
niños y los jóvenes, el ordenador es una presencia natural.
Los adultos muchas veces nos echamos las manos a la cabeza
cuando vemos los mayores riesgos reflejados en nuestros menores, la tan
vulnerable infancia.
Por ello, cuando se habla de las nuevas
tecnologías y de jóvenes, las palabras que se oyen más son peligro y adicción.
No nos damos cuenta de que, ahora, la
parte más vulnerable de la sociedad no son los más jóvenes, sino los que no saben
nada de las nuevas tecnologías, aún más, los que no quieren saber nada de
ellas.
Perder el miedo a las
tecnologías es la lección que se puede aprender de los más jóvenes, que como dirían
algunos “han nacido con un portátil bajo el brazo”. Los más pequeños han
logrado usarlas para relacionarse y sociabilizarse más rápido y con más
personas.
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